Auspiciada por nuestro hotel, la artista brindó una serie de Clases Magistrales de danzas clásicas y, en dichos encuentros, la Fundación Julio Bocca otorgará la beca País integrado (un año de clases con todo pago en la sede de la fundación); cinco medias becas y becas para seminarios de verano, también en la Fundación Julio Bocca; y becas para las clases magistrales del año próximo en San Carlos de Bariloche.

De esta manera, se eligió este seminario con el fin de seleccionar a los mejores alumnos, alumnas y bailarines merecedores de estas becas que gozan de un considerable prestigio en el mundo de la danza.

“Hay mucha capacidad de baile dispersa en todo el país. No solo se trata de condiciones físicas naturales sino de aptitud en una clase, pasión por la actividad, dedicación y perseverancia”, resumió la bailarina que se despidió de la danza clásica allá por 2012 en un espectáculo en la avenida 9 de Julio.

Desde entonces, se dedicó a transmitir sus conocimientos a estudiantes de baile. “Hago lo que hice con la danza: llevar mis conocimientos y mi experiencia a distintos rincones del país”, expresó.

Tras su despedida, Cassano no volvió a la danza clásica pero participó de espectáculos de tango y otras danzas. “No extraño –reconoció la bailarina– pero cuando estoy arriba del escenario, me siento plena. Aun no encontré algo más que lo cubra y no creo que lo encuentre. Dar clases me encanta pero no es lo mismo que bailar”.

Destacó sus visitas al interior del país pero reconoció las falencias de algunos institutos. “Muchas chicas estudian danzas dos veces por semana. Y no lo toman como carrera aunque después enseñan danzas. Tenemos un punto flojo. En nuestro país fuimos aprendiendo de las escuelas que fueron llegando. No tenemos algo tan marcado como en otros países”, destacó.

Reconoció que jamás imaginó su alcance en el ballet, viajar por el mundo y obtener el reconocimiento nacional y en el exterior. “La idea es abrir un poco la cabeza de los chicos. Es cierto que acá la tenemos más difícil ya que estamos lejos de los grandes centros de ballet”, indicó Cassano a Río Negro.

Admitió que internet facilitó en gran medida el trabajo en el ballet. “Hoy es más fácil que cuando yo bailaba. Para aprender una coreografía, había que hacerlo a través de algún video casete o que un coreógrafo la enseñara. Hoy googleás una variación de Don Quijote y tenés 15 o 20 versiones”, enfatizó.

Cuando se le consulta sobre la exigencia del ballet, Cassano se mostró sorprendida: “Siempre me han dicho: ‘Qué sacrificada tu carrera’. Y no lo fue para mí. Me gustaba ensayar, hacer lo que amaba. Sacrificado era ir al colegio. Me gustaba bailar y hay que dedicarle. De arriba no cae nada”, consideró.

“¿Se siente un vacío en la danza a nivel nacional?”, preguntó Río Negro. “No lo sé –respondió–, lo que marcamos con Julio (Bocca) fue especial porque abrimos la danza para todo el mundo. Hoy hay bailarines maravillosos por todo el mundo como Marianela Núñez, que se formó en Londres y vive allá. Pero se preocupa por sus raíces y hace poco hizo funciones a beneficio”.

“¿Quién es sucesor de Julio Bocca? –continuó– diría que no hay. En mi caso, tampoco. Hay buenos bailarines pero no surgió algo tan fuerte como pasó con nosotros”.

Eleonora Cassano se prepara para volver a subir al escenario del Teatro Coliseo, donde va a estrenar una coreografía, en una nueva edición de la “Gran Gala por los niños” a beneficio de la Fundación Julio Bocca, Manos en Acción y Patronato de la Infancia, organizaciones que asisten a más de 2.000 niños en situación vulnerable.


Fuente: www.rionegro.com.ar